Las bibliotecas, libros, bits y bytes...

Existen expresiones o rumores que predicen el futuro de las Bibliotecas como corto o sombrío... rumores de desaparecimiento o de obsolescencia, expresiones como: ¿Para qué necesitamos una biblioteca si tenemos Internet...?
Tratemos de darle respuesta a esos rumores y expresiones mediante un análisis en cuanto a la información disponible en la actualidad, las nuevas tecnologías y los precedentes de las mismas bibliotecas. Hace ya muchos años, los libros fueron joyas para los más privilegiados, no solo económicamente, dado la escasez de ejemplares, en ese entonces de carácter manuscrito... pocas personas tenían acceso a ellos. Con el aparecer de la imprenta de tipos móviles introducida por Gutenberg, los libros empezaron a ganar terreno y a ser un tanto más accesibles.
Siglos después, los libros se popularizaron al punto de ser adquiridos por las masas de una manera sin precedentes.
Ahora analicemos la labor de las Bibliotecas a través de los siglos... entre muchas otras, ha sido de fungir como vínculo entre el usuario y la información (una de las descripciones quizá más trilladas), han tomado la tarea de resguardar las colecciones que son la memoria cultural de la humanidad, o de los países... ahora que las tendencias tecnológicas demandan otros recursos, ¿no será la labora de las bibliotecas realizar esa vieja tarea envuelta en novedad?
Púes, ni más ni menos, las masas de igual manera que en los años pasados, afrontan una necesidad de acceso a las nuevas Tecnologías de la información y la comunicación, a los nuevos formatos de información tales como e-books (libro electrónicos), al internet, a las bases de datos que contienen tantos ejemplares disponibles de manera remota, tantas opciones que, seguramente al usuario le resultará necesario alguien que le muestre el camino, le instruya y le facilite esos recursos.

Retomemos ese párrafo en el que los usuarios en el principio, no poseían la capacidad adquisitiva para tener acceso a formatos impresos, esos tiempos en los cuales los recursos eran solo para unos cuantos privilegiados, ahora en el siglo XXI, seguramente alguien pensará que todos tienen acceso al internet y con ello a la información. Pues bien... no todos tienen acceso a ese bien informacional, a decir verdad en los países pobres mucha gente no tiene acceso a una computadora, mucha gente no posee conocimientos de computación, y aunque así fuese. No toda la información es sustanciosa al usuario, haría falta habilidades de búsqueda y de clasificación de contenidos, además, existe un detalle pasado por alto por los que consideran el internet como: ¨la basta fuente irrestricta de información¨…Los derechos de autor, esos derechos de autor hacen que algunos ejemplares solo estén disponibles en formato impreso (si así es), esos derechos de autor, hacen que los formatos aunque electrónicos sean o estén disponibles únicamente bajo modos de administración de archivos o materiales de manera paga y limitada en cuanto al uso y la distribución....

Mientras más ahondemos en detalles de recursos nuevos, más posibilidades de servicio podemos vislumbrar, más necesidades aun no satisfechas aparecen en el contexto, y esos detalles no considerados al inicio, validan la vigencia y permiten entrever el nuevo rol y senda de las Bibliotecas del siglo XXI. 

Los tiempos seguirán transformando a los libros y a los recursos de la época, y la tarea seguirá siendo esa misma que en los orígenes de las Bibliotecas, esa misma frase trillada: Ser el vínculo entre el usuario y la información... sea cual fuese el formato o la tecnología.


Glin Oliva

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